martes, 19 de julio de 2011

No tengas miedo.

¡Hola! Bueno, he puesto un disclaimer en la barra lateral ----------------> para no tener que hacerlo en cada entrada.
Recuperé este one de mi ordenador, ya tiene un tiempo. Trata sobre Max y Ashley. Aviso que Ashley, con seguridad, será a la que más atención ponga, ya que la creación de todos tiene detrás su historia... Su autor. A Ashley la creé yo, soy como su madre (Max y Alexander también los inventé yo, pero los demás fueron amigos que ya no se acuerdan de ellos), y por ello lo más seguro es que haya más historias de ella que de ningún otro XD Siento que esta sea tan Mary Sue... Pero es lo que hay cuando empiezas a escribir con 9 años. Todo el mundo debe ser perfecto, piensas.
Tiene 1.213 palabras. Se ubica en su sexto año, osea, Harry Potter y el Príncipe Mestizo.
¡Un beso mágico!, espero que os guste.
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Otra mañana de sábado transcurría en Hogwarts. El colegio, con el buen tiempo que se presentaba en mayo y un fin de semana en pleno apogeo, parecía rejuvenecer, dejando de lado la faceta de muros antiguos y húmedos. Los alumnos salían a los jardines a pasear y bañarse en el lago, a hacer sus tareas, hablar de Quidditch o, como Samantha y Ashley, pelearse por el Quidditch mientras andaban con parsimonia frente las aguas del lago Negro. 
-Mañana veréis. Vamos a ganar, Sam, acéptalo. No hay quien pare a los Gryffindor en el terreno de juego.
Samantha rodó los ojos. Escéptica, como siempre.
-Soy la mejor buscadora de Hogwarts, Odette.- Dijo con sorna, recalcando el segundo nombre que Ashley tanto odiaba.
Ashley se paró en seco, dirigiendo una mirada matadora a su amiga.
-No me llames Odette.- Musitó lentamente, poniendo énfasis en cada palabra.
-No me llames Odette.- La imitó Samantha, con voz aguda, elevando las manos y engarrotando los dedos.
Un calambre atravesó la columna de Ashley, alentando a coger la varita y petrificar a Samantha. Desgraciadamente, el partido de Quidditch sobre el que se centraba la riña era a la mañana siguiente, y McGonagall le prohibiría jugar si cargaba contra la Ravenclaw. Intentando concentrar todos sus sentidos lejos de ella, fijó la vista en un muro del castillo. Entrecerró los ojos al reconocer una cabellera.
-¿Ese era Max?- Preguntó, señalando el pequeño chaflán que formaban las paredes de Hogwarts a lo lejos.
-Soy una bruja, pero no tengo rayos X.- Dijo Sam, con su habitual tono malhumorado y cansado.
-Veo que hoy estás de buen humor…- Comentó Ashley, sin quitar la mirada de encima del lugar por el que se había ido (supuestamente) el chico.- Voy a buscar a Max, él no muerde.- Dijo, echando a andar a través de la hierba, a modo de despedida.
Al cabo de un minuto, Ashley ya había llegado a esa zona de los jardines que lindaba al castillo. ¿Qué se traía Max entre manos? Era un día muy soleado, teniendo en cuenta que estaban en el norte de Europa. Nadie se iba a la sombra si tenía un único día al año para tomar el sol.
-Maxi, ¡ven a…! –Pero la  muchacha no acabó la frase, que murió en sus labios. Por un momento, no supo qué hacer. Con torpes movimientos se escondió inútilmente tras un arbusto que crecía infeliz por allí.
Y sí, era Max. Pero estaba… ¿Max, su Max, estaba besándose con otro chico? ¿Alguien le estaba sometiendo a un Imperio? ¿Por qué su amigo no le había dicho nada de eso? Deseó que la tierra se la tragara, no haber visto nada. La iban a pillar de lleno, escondida tras un matorral espiando. ¿Siempre era ella la que daba la nota?
La mirada azul de la chica, que ya estaba todo lo enorme que podía, se relajó levemente al comprobar que Max se quedaba solo, que el otro chico desparecía, lamentablemente, sin poder reconocerlo.
No podía estropearlo ahora. Le hubiera encantado hablar con Max, pero no le daría buena impresión si salía de ahí detrás y decía “¡Hola! Te estaba espiando tras un arbusto y he visto como besabas a otro chico. ¿Me cuentas más?” No, definitivamente no podía hacer eso. Vio como Maximillium sonreía y se disponía a abandonar la escena.
Dos segundos, Ashley.
No pudo aguantar. La chica, que estaba de cuclillas, se cayó hacia un lado, clavándose la varita en el costado y emitiendo un pequeño grito. Max se giró, alarmado, para encontrar de frente el matorral y a su amiga en el suelo.
-¿Ashley?- Inquirió, yendo a su lado y ayudándola a ponerse en pie. No sabía por qué preguntaba: esa melena negra era inconfundible a sus ojos.
La chica se levantó la camiseta un poco, dejando ver un rodal de tersa y pálida piel salpicada por un rojo y masajeó el lugar en el que se había clavado la varita.
-Soy de Francia. Se supone que las francesas son elegantes y todo eso, ¿¡por qué soy tan torpe!? –Farfulló. Se dio cuenta de que había metido la pata hasta el fondo, y alzó la cabeza, temiendo encontrarse con los ojos de Max.
-Ash… ¿Qué hacías ahí? No me digas que buscabas gnomos.
La chica desvió la mirada, rechinando los dientes. ¿Qué escusa sacaba ahora?
-Estaba buscándote y, de repente, te vi ahí…- Contestó, atropelladamente pero con sinceridad.
-¿Has visto…?
Ashley asintió con la cabeza, despacio, formando una mueca que mezclaba 'perdón' con 'sí, soy idiota'.
-Por Circe… -Susurró Max, que caminó hasta el muro que les daba sombra y comenzó a darse pequeños golpes de la cabeza.
-Max.- Dijo Ashley, para llamar su atención. El chico hizo caso omiso de su quejido.- ¡Maximillium Baudelaire!- Gritó, harta de ver cómo se aporreaba.
-Lo siento, Ash.- Murmuró él, revolviéndose el pelo. Ashley odiaba ver a esas personas que, a pesar de llevar el pelo despeinado completamente, estaban terriblemente guapas.- No te lo había dicho, pero… - Suspiró.- Tengo miedo.
Ella soltó un quejido de incredulidad. Enarcó las cejas. Siempre que adoptaba esa postura, Max dejaba escapar alguna carcajada que otra. Esa vez, no. En su lugar, una carcajada fría inundó la garganta de la chica, que le dio hasta terror.
-¿De qué tienes miedo? ¿De que te dejemos de lado? ¿De que se rían de ti? Eres un Gryffindor. Un león. Perteneces a la casa de los valientes. –Inquirió su acompañante, acercándose hasta él.
-Lo siento.- Repitió.
Ashley chistó. ¿Ese era Max, de verdad? ¿El mismo que tantas veces se había enfrentado incluso a mortífagos, ahora reducido a un susurro de perdón?
-Deja de disculparte de una vez.- Masculló.- Sabes que no voy a decir nada. Draco y los demás idiotas de Slytherin no se van a enterar, ni ellos ni nadie, pero no tendrías que tener miedo.
Ashley le permitió unos segundos a Max para pensar y respirar.
-Es muy duro, Ashley...
Su amiga le dirigió una tierna mirada que pocas veces esbozaba. En esos momentos, el muchacho al que siempre picaba le daba lástima. Acurrucado en sí mismo para esconder su homosexualidad, temeroso. Él no merecía aquello.
-Voy a concederte un abrazo. Y recuerda quien soy yo, Ashley, la que nunca demuestra amor físico por los demás.- Bromeó, acercándose hasta él y abrazándolo. Metió sus dos traviesos brazos bajo los de Max y se acunó por unos instantes en su pecho, para finalmente separarse- No te culpo por temer esto, Max, de verdad. Pero espero que dentro de poco recuerdes que puedes con todo. Y ahora, olvida esto. Vamos al lago a comer con Alexandra y así me peleo un poco con Sam, ¿te parece?
-No tienes remedio… -Dijo, ya sonriente, echando a andar hacia el lago.
-Una última pregunta, Max.- Mustió Ash. Tenía que decirlo. Por muy dura que fuese la situación, el increíble poco tacto aderezado con curiosidad de la muchacha salía a flote-¿Quién era?
Max vaciló. Aunque no lo habían nombrado, sabía perfectamente a lo que se refería.
-Hugo Westler.
-¿El de Ravenclaw? ¡Madre mía, como está!- El aparentemente débil codo de la chica se hundió con delicadeza en un hueco de sus costillas.- Tienes buen ojo, chaval. Y Hugo también.
El chico sonrió. Sí, Ashley llevaba razón. No tenía que temer nada.

9 comentarios:

  1. ¿Con 9 años? ¿NUEVE AÑOS?
    ¿Como es posible que hayas escrito algo así con nueve años?
    Me encanta, tu manera de escribir me absorbe, y con esa música de Potter de fondo, de los primeros años... Ya está, ya me tienes como seguidora permanente.
    Si tengo que quejarme por algo es que Sam y Ashley me suenan más a nombres americanos de tanto oilos en series, pero bah, los nombres es lo de menos.
    Y me alegra que hayas metido a un chico gay en hogwarts, es adorable :)

    ¡Un beso bonita!

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  2. Muchas gracias Shappire :) No, no lo escribí con nueve años, tiene unos meses. Lo de los nueve años es cuando nacieron todos: Ashley, Sam... Etc.
    ¡Muchísimas gracias, repito! La verdad es que los nombres suenan muy americanos, pero bue XD
    Al principio, Max no iba a ser gay, pero me pareció muy buena idea que le venía como anillo al dedo :)

    ¡Un beso!

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  3. Tienes una forma de narrar increíble. ¡Ha sido como volver a verme arropada por los muros de Hogwarts!

    Pensar que escribirás más de estas aventuras y que podré volver al castillo para poder disfrutarlas... No tiene precio.

    Sigue así, ¡un beso fuerte!

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  4. Genial :) Te sigo sin dudarlo. Tienes una cosa aquí para tus dos blogs: http://dulcesrecuerdosmelancolicos.blogspot.com/2011/07/premio-blanco-y-negro.html

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  5. Ahora que se a acabado la saga de J.K. Rowling, es admirable saber que podemos seguir soñando con un mundo magico, gracias a tus historias, espero impaciente mas. Y que casualidad cuando he empezado a leer, Ashley es mi pseudonimo, esque me enancta ese nombre.
    Besitos mil de tu nueva seguidora =)

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  6. Ohhhhhhhhh, muchísimas gracias a las tres *-* Vamos, no me imaginaba ni que más de dos fueran a leer este blog. MIL GRACIAS, en serio *-* Gracias (de nuevo) por el premio, Nury *-*

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  7. Aiish qué emocionante... es como volver a pasear por el mundo de Howarts... es increíble, gracias !! =)

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  8. O.O DIOS-MÍO! Está increíble. ¿Y dices que lo escribiste con nueve años? Impresionante. A esa edad yo ni siquiera había comenzado a escribir... xD De verdad, buah... *-*
    Besos con trocitos de sueños cumplidos.

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